domingo, 15 de abril de 2012

BARRIO LINDO







Nos cuenta el Ing.  Alejandro Martínez que el 31 de diciembre del 2007, estando en Guavaberry con unos familiares de España de su esposa Teresa, uno de ellos, con raíces católicas muy profundas, le expresó su deseo de despedir el año asistiendo a misa. Como en Juan Dolio no se celebra misa  ese día, llamaron al padre Luis Antonio González, familiarmente conocido por  todos como el Padre Niño, para preguntarle dónde oficiaría esa noche en San Pedro de Macorís, a lo que respondió que a las 8 de la noche iba a celebrar en una iglesia desconocida para ellos que se llama Cristo Redentor y está ubicada en el Ingenio Santa Fe.

Al sentarse a escuchar misa esa noche y observar  las condiciones en que se encontraba  el templo, se dieron cuenta enseguida que sus  instalaciones  necesitaban un remozamiento urgente.
Al concluir la celebración, en el antiguo portal techado de zinc de la iglesia (el cual fue destruido por uno de los fenómenos atmosféricos que han pasado por esta zona), el pariente español comentó que porqué no se aprovechaba el inmenso solar  contiguo a la iglesia para construir algo más grande y moderno, agregando que quizás él podría canalizar una ayuda de la comunidad a la cual pertenece en España. Ese comentario encendió la chispa inicial para un proyecto que se inauguró tres años más tarde.
Con  fondos que el Padre Niño y la comunidad parroquial habían obtenido en varias actividades realizadas para esos fines y las promesas reales de fondos que se recibirían desde Europa, se hizo contacto con el Arq. Fernando Sánchez para que elaborara un anteproyecto. Poco a poco, el proyecto tomó forma y comenzaron a fluir las donaciones para iniciar la construcción a finales de abril del 2008.  Este proyecto de 700 m2 de construcción, consta de un templo con capacidad para 400 personas, una pequeña capilla, una oficina parroquial, sacristía, jardinería y baños.
Empero, lo más significativo es que la iniciativa de construir este templo originó que se pudieran conseguir otras donaciones de materiales y mano de obra de las  comunidades de Guavaberry, Metro y Hemingway con las que se pudo construir y reconstruir un número importante de casas donde vivían familias en condiciones infrahumanas y que ahora, gracias al esfuerzo de estas comunidades, viven en humildes viviendas, pero con dignidad.
Construido el templo faltaban los bancos, el altar y los ornamentos necesarios para lo cual nuevamente los vecinos de Guavaberry, a través del holandés Henk Metselaar y su esposa Marlyn, lograron que algunas diócesis de Holanda y Bélgica realizaran importantes donaciones que han venido a satisfacer estas necesidades, incluyendo la  campana que desde la torre  congrega con su repicar a los parroquianos de esta iglesia.
La  providencia divina entrega a Santa Fe una muestra de su amor y  planta en este lugar una huella de su presencia:   Un templo nuevo que desde la fe es un verdadero milagro de Dios para reunir y bendecir a su pueblo, conjuntamente con la mejora de las viviendas de su entorno.  La fe en Dios y el optimismo comunitario dieron a luz este milagro de llevar a cabo una obra  para la que todavía se necesitan recursos económicos, por lo que JUANDOLIANDO invita a las instituciones, empresas y personas físicas que se interesen en este proyecto modelo, a acercarse a la parroquia Cristo Redentor y su barriada circundante, y realizar el sueño de sus moradores que a pesar de las precariedades en que viven lo conocen como Barrio Lindo.