domingo, 18 de abril de 2010

LA VIDA SENCILLA


Entre una cosa y otra, he perdido la capacidad de devorar libros como antes. Ahora soy más selectiva en lo que leo, no solo porque me paso los días Juandoliando, sino también por otros factores que se suman: El trabajo arduo luchando por salir adelante, la vista que se me ha disminuido y me dificulta leer de noche que es cuando estoy más tranquila, los viajes a la capi en los que apenas alcanza el tiempo para completar la lista de pendientes, además de que al segundo día de estar en la ciudad, nos entra un especie de desespero por volver al hogar.
Por suerte desde hace mucho he desarrollado la capacidad de sacar la esencia de las lecturas de un solo vistazo a la página, aunque a veces es necesario leer y releer algunas ideas que te calan muy fuerte, y entonces te dan ganas de rumiar y masticar el mismo párrafo hasta sacarle todo el significado especial que tiene para ti.
Dice la antigua sabiduría que cuando el alumno está preparado llega el maestro. También es cierto que los pares se atraen, y de una forma u otra lo compruebo con algunos de los seguidores que se me han unido en twitter.
Aunque actualmente me entero de las noticias a través de mi esposo a quien le encanta pasar todo el día oyéndolas en la radio o la TV, de cuando en cuando tomo el Diario Libre entre mis manos y los sábados en particular, como si fuera atraída por un imán, dirijo mi atención a dos columnas con cuyos autores me siento identificada.
Una es Espejo de Papel, columnita pequeña, pero grande en ideas de Homero Figueroa y la otra es Saudades de la escritora Ligia Minaya, que al parecer vive actualmente en Denver, Colorado.
La de este sábado 17 de abril me llamó especialmente la atención, porque Ligia habla de algunas visitas que hizo recientemente a unos amigos que entiendo deben ser residentes en Santo Domingo, y cómo al sentir el contraste entre la prosperidad en el cambio de yipetas y carros cada vez más caros, muebles y ajuares y todos los símbolos de la riqueza que se complace en deslumbrar a otros más que en el disfrute personal, pensó que fácilmente hasta en las relaciones más íntimas y personales, la gente puede fácilmente cambiarte por otras “más caras”, así que ¡watch out! no te dejes sorprender. Gracias a Dios, lo que es a mi, los que más quiero no me cambian.
Al igual que Ligia, pienso que hoy en día no encajo en lo que podría ser una triunfadora, porque no disfruto de una vida social deslumbrante, aunque a menudo recibimos muchas visitas de amigos y familiares que vienen a vernos y reímos, conversamos y comemos porque a mi esposo le encanta una cocinadera.
Comparto también su afición de gozar con pequeñeces, como ver la belleza de un atardecer o la luna llena, la chateadera con mis hijos hoy lejanos, ver como florece la primavera, y eso que como dice ella estoy lejos de pensar mal de la riqueza, porque con dinero se pueden alcanzar muchas cosas incluyendo el amor y la salud, pues si no lo tienes difícilmente encuentras quien te sane. Lo ideal es no necesitar mucho, pero si estar en paz y contento con uno mismo.

2 comentarios:

  1. Tia Pepe, Dice E.F.Schumacher "Que cualquier tonto puede hacer las cosas mas grandes, complejas y violentas. Pero que requiere de un Genio y mucho esfuerzo para moverse en direccion contraria..Asi que estamos en el buen camino, yo trato de disfrutar de una vida simple y minimalista, para asi tener mas tiempo y calidad de VIDA. Ahora en la primavera de N.J. tomo paseos para ver las flores, los pajaritos carpinteros, las ardillas y uno que otro conejito..
    Besos, Janet

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  2. Ciertamente, ser auténticos, estar contento con lo que se es, también valorar lo que se tiene y sobre todo, contar con un mundo espiritual lleno, es lo ideal! :)

    Jassel

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