viernes, 24 de agosto de 2012

UNIENDO PUNTOS




Esperando a Isaac me puse a ver algunos videos de TED TALKS, y aunque más de uno me encantó, el de Steve Jobs me llegó más que ninguno.
Como sabrán mis lectores Steve Jobs fue el creador de APPLE/PIXAR y en el discurso que dirigió a los graduandos de Stanford en el año 2005 narra tres historias cortas sobre su vida, a cuál más fascinante.
Les habló de cómo  la vida solo puede apreciarse en retrospectiva, viendo cómo se unen los puntos que forman el tapiz, que tal como dice Somerset Maugham en su libro Servidumbre Humana, puede ser más o menos artístico o intrincado, aunque al final el más  sencillo que es el del ser humano que nace, crece, se reproduce y muere es al mismo tiempo el que tiene mayor belleza en su simplicidad.
Por lo que viendo en retrospectiva la historia de mi vida desde que salí del Banco Central en el 1987, esta vez mi Historia No. 101, no versará sobre lo que viví durante esos dieciocho años, lo bueno, lo malo y lo feo, sino de lo que me hubiera perdido si hubiera seguido o regresado a trabajar a esa institución a quien todos los que participamos en Raíces BANCENTRAL, feliz iniciativa de José Clemente, siempre consideraremos el útero en el que nos formamos, pero del que en algún momento más tarde o más temprano, debemos salir para nacer.
Si no hubiera salido del BC, me hubiera perdido la maravillosa experiencia de trabajar en el Banco de Reservas durante tres años, en los cuales conocí y ayudé mucha gente valiosa, y fui parte importante en la creación de la Oficina de Remesas en New York, la cual aunque sabíamos que no iba a dar resultados por el tema de la desventaja en la tasa de cambio, hubo que instalar para seguir directrices de las altas autoridades.  Esa experiencia significó viajar a New York a menudo durante casi dos años, participar en toda la logística desde buscar local y personal hasta servir de intérprete en todas las reuniones con la Reserva Federal y los corresponsales del BR,  momentos luminosos como fue la fiesta de inauguración de la Oficina, para lo cual viajé téte a téte con Freddy Ginebra, Juan Luis Guerra y 440, y disfruté de la vida bohemia en Greenwich Village con ese grupo.
Si no hubiera salido del BC no hubiera sido parte de las 14 coordinadoras internacionales que con Women´s World Banking desarrollamos un proyecto de capacitación y desarrollo para micro y pequeñas empresarias.  Esta experiencia me permitió viajar a New York con 15 de las 85 modistas que localmente lo integraron, viajar a Colombia junto con la Coordinadora General como Asesora  del proyecto que allá se desarrollaba, viajar a la India que visité durante dos semanas para participar con las otras coordinadoras en uno de los varios Talleres que fueron parte del programa y vivir mi experiencia oriental mística de compartir con las vacas, visitar pagodas y usar un bello sari color naranja que me regalaron las modistas de allá (pero eso Pequeño Adams, es otra historia)  para finalmente ser seleccionada como vocero para contar la experiencia dominicana ante un auditorio de más de 100 Presidentes de ONG´s en la Universidad de Washington, DC., ya que nuestro proyecto fue el mejor de los 14 países participantes.
Si no hubiera salido del BC no hubiera sido profesora universitaria en UNIBE donde por cinco años impartí clases de administración de empresas a alumnos de nuevo ingreso que llenaron mi vida de renovados bríos y alegría, porque fue como volver a tener hijos jóvenes cuando ya los míos eran adultos.
Si no hubiera salido del BC no hubiera sido Gerente de Recursos Humanos en el BNV, donde tuve un reencuentro bancentraliano con el personal de FIDE e INFRATUR que pasó a reintegrarse a esa institución en la cual pasé cerca de cuatro años maravillosos haciendo lo que me gusta hacer:    Ayudar a la gente, compartiendo las penas y alegrías de las personas  que diariamente se reunían conmigo para transmitirme y canalizar sus sueños e inquietudes.
Si no hubiera salido del BC no hubiera sido parte del proyecto de recuperación de la UNPHU en el cual durante casi dos años ayudé a su Rector a iniciar este proceso haciendo labores multitasking desde Secretaria de los Consejos Académico y Administrativo, hasta coordinar la mudanza del viejo  Campus a las nuevas instalaciones.
Si no hubiera salido del BC no hubiera construido esta casa en Juan Dolio, para lo cual  aunque tuve un ingeniero y un arquitecto, me convertí  en experta en esas dos profesiones, porque desde el primer block hasta su jardín y su huerto, han ocupado durante estos años mi tiempo y mi entusiasmo, y en la cual he recibido la satisfacción de ver a mis cinco nietos jugar y correr libremente, sin los peligros y temores de la ciudad.
En fin, si no hubiera salido del BC, no me hubiera inventado JUANDOLIANDO, que me ha dado la oportunidad de escribir, primero como articulista en Estilos de Diario Libre, luego en mi propia revista y ahora en los proyectos de publicación futura a que dedico gran parte del  tiempo.
Y, para terminar terminando, disfruto del privilegio de que los amigos puedan llamarme a cualquier hora a compartir un vinito o cantar en un Karaoke, y salir sin temor de mi casa, sin importar si es de noche,  porque en esta parte del mundo la tranquilidad y seguridad  nos permite deleitarnos con lo que la vida  da con gratuidad:   la paz de contemplar el mar, los atardeceres más hermosos  y las más espectaculares noches de luna llena.  Por eso el logo de JUANDOLIANDO lo forman todos esos puntos que se unen por debajo con lo que parecen ser pequeñas olas, pero son en realidad  las sonrisas con que me recibe el despertar de cada día. 

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