Como últimamente me he dedicado a
tejer, infectada tal vez por la cacata virtual de la última entrada de mi blog,
teje que te teje creo que no me gana ni Penélope, la de Ulises, aunque ella, según
dice la historia, lo esperó tejiendo
durante años, y según Serrat, al final se quedó como idiota sentada en un banco
“con los ojos llenitos de ayer”, pues el fornido galán que esperaba regresó
convertido en un viejo barbudo a quien Circe le había sacado el jugo.
El caso es que me preocupaba
cerrar el año sin una entrada en mi blog, y ya bien entrado diciembre no se me
ocurría ninguna idea sobre la cual escribir, cuando de repente me llegó el
tema: Las personalidades de la gente en
Facebook!
Están los que suben fotos
sensacionalistas que son a los que automáticamente les doy delete, porque no me
vengan con que está niña con un tumor o una deformidad mayor que ella se está
muriendo y que si le das like en equis centro de salud la van a sanar. Me apenan los escuálidos niños de Biafra,
pero no tengo que ir tan lejos para ayudar a algún morenito con la barriga
explotándose de lombrices en mi propio país.
Tampoco me vengan con que tal o cual niño, joven o viejo está
desaparecido, porque cómo se yo que esas noticias que se repiten de red en red
son verdaderas y que no están buscando un comentario o un like para aumentar su
lista de clientes potenciales de ideas o productos.
Están también los que juegan, y
por experiencia cercana se de quienes si le hubieran puesto todo el esfuerzo,
tiempo y energía que dedicaron a su restaurante virtual, a un negocio de la
vida real, hoy fueran millonarios en papeletas de verdad. O los Candy Crush, o no sé cuántos otros,
porque de verdad nunca les he hecho mucho caso.
A algunos les gusta compartir
oraciones desde que amanece el día y está bien, mientras no quieran invadir el
espacio de otros con su espiritualidad o creencias metafísicas, a cada quien
que crea lo que le venga en ganas.
Y si las fotos sensacionalistas
me causan repulsión, hay otras que me dan pena, porque ¡señores!, a Facebook no
se sube cualquier foto que a usted le tiren, algunas inadecuadas, otras todo borrosas, las hay que no
son en las que uno está en su mejor momento, por decirlo simple, y algunas
francamente feas.
Hay quienes se pintan ellos
mismos una vida ficticia, donde todo luce color de rosa, vidas espléndidas e
interesantes, que ni ellos mismos se creen.
FB sirve también para promocionar
ventas de servicios y productos, lo cual veo bien porque en estos tiempos del
Señor hay que buscar formas de ganarse la vida.
La gente que envía cualquier
cantidad de páginas sobre innumerables temas para que le des Like, en algunos
casos simplemente por compartir una afición en común, como la fotografía, el
arte, la historia, la ecología, la moda, la salud.
Están los noticiosos, periodistas
virtuales, que ofrecen el servicio de enterarte de lo que está pasando sin
tener que leer periódico ni ver televisión.
En Facebook se comparte zumba,
tejidos, hobbies de todo tipo, como retratar insectos o pájaros raros, subir videítos
en los que la gente ensaya el rol de cineasta, música vieja o nueva.
Recetas de cocina, citas
filosóficas, amor por la lectura, como un grupo en el que participo en el que
se arman tremendas discusiones y polémicas, en los que la figura central
siempre es Coelho.
Por no mencionar a Arjona, uno de
los personajes internacionales a los que es mucha la gente que acaba.
Está también el tema de la
política, aunque claro en época de campaña arrecia, pero siempre presente, la
política, aunque sea para reírse de Obama y los celos de Michelle.
Últimamente no hay otro más
famoso que el Papa Francisco, a quien se le atribuyen todo tipo de citas,
porque es que con lo del photoshop a cualquier foto se le ponen una frase
encima y ya disque lo dijo el Papa, quien ni se entera de que lo ha dicho.
Que no se me olviden los usuarios
secretos, gente que está ahí, pero tu ni te enteras, porque solo ven lo que
otros ponen.
Los que ponen citas, de otros, o
de su propia inspiración, los que sólo hablan sobre salud o problemas médicos. Y que no se nos queden los disparatosos, los
que escriben tan mal que dan pena y vergüenza.
Facebook me ha servido para estar
en contacto con mi familia, especialmente con mis hijos, yernos o nueras, que
así reciben mis mensajes cuando pueden y me contestan cuando les da la gana.
También para recuperar el
contacto con viejas amistades de las que tal vez nunca hubiera sabido, de no
existir las redes, y sí, me vuelto adicta a las redes porque me entretienen,
pero en el tiempo que quiero, no como los teléfonos que son tan inoportunos, y
ni hablar de las cartas de antaño, a las que teníamos que esperar por años!
Así como Facebook es el libro de
las caras, Twitter el de las frases cortas y concisas, ahora está Instagram,
también para fotos, pero mayormente paisajes y comidas.
Dejo el tema sobre la mesa para
que opinen todos los Facebookers, en caso de que les interese, porque estoy
segura de que se me deben haber olvidado infinitos detalles. Y hoy me acabo de enterar de que también
habrá Dislike, que mucha falta que hacía, aunque repito que para eso está el
Delete, el cual, si el lector ha llegado a esta línea, todavía tiene tiempo de
darle a esta entrada.
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