No debería causarme asombro, pero lo hace, la reiterada pregunta de la gente de si resulta aburrido vivir en Metro. Hoy mismo, para no ir más lejos, mi hermano estuvo de visita en casa y me hizo la pregunta.
Por coincidencia también estaba presente Huáscar Valera, que ahora es nuestro vecino, y comentó lo mucho que habíamos gozado en la chercha del bingo. Pues si, no se asombren, los jueves se juega bingo y vamos no solo las mujeres, sino también algunos de los esposos que van a darse sus traguitos y terminan disfrutando de los chistes, la risa, y el alboroto que hacemos durante el juego.
Realmente no soy ¨a bingo person¨, y hacía más de 30 años que no había participado en uno; la última vez fue cuando estaba iniciando labores de parto para tener a mi hijo Ángel, y decidí unirme al juego para entretenerme en lo que se desarrollaba el proceso, antes de internarme. De hecho no soy aficionada a los juegos de mesa, con excepción del Scrabble, que por ser juego de palabras, es uno que me gusta jugar cuando estoy de vacaciones en Jarabacoa.
Aquí en Metro he asistido al bingo varias veces con la principal finalidad, al igual que al juego de angelitos en diciembre, de conocer y socializar con las vecinas, pero nunca pensé que lo iba a disfrutar tanto.
Este último jueves me había olvidado de que era noche de bingo, cuando caminando por el sector para hacer ejercicio, me encontré con Patricia cortando flores frente a su casa y me lo recordó, pues ella era la anfitriona a quien le tocaba esa noche. La costumbre es que se turne cada jueves en una casa diferente y el brindis corre por cuenta de la dueña de la casa. De cada ronda se saca una parte del dinero para la alcancía de la leche de los niños de Los Conucos.
Jugar bingo en Metro es una buena manera para conocer no solo el nombre de las personas, también su carácter, sus historias, sobre todo a mi que me gusta contar cuentos, y al final todo termina con muchas risas, con las alusiones que al cantar un número se hace a la edad de alguna, o que si el 66 se parece a las tetas de otra, los nombres jocosos que se le dan a los números, que si vas muy rápido y tengo muchos cartones, que si la que viene por vez primera está ganándole el dinero a todo el mundo y se le amenaza con tirarla a la piscina o no dejarla participar de nuevo. Y entre copas de vino vienen y cervezas van, el ánimo va cambiando, y aunque pierdas unos cuantos pesos, no siempre la que gana es la que goza, como ocurre en otras situaciones de la vida.
Marilú ha amenazado con abandonar la tarea de ser tesorera si no nos portamos bien, Esperanza está indignada porque entiende que hay demasiado relajo, Patricia le advierte a Manolín que cuide sus cartones y se deje de estar chequeando otros bolos, Betania mortificada porque su perra había parido cinco perritos y debe irse, a Mercedes la deprime no ganarse ni un ¨bandiao¨ o algún ¨cuadrito¨, las Indiras son las que más gozan, Sofía juega tranquila, Jackie no habla mucho porque tiene que concentrarse, y al final cuando se juega al cartón lleno, el ambiente se llena de tensión expectante, y termina Arlette llevándose todos los cuartos. El jueves me toca a mí, así que están todas invitadas.
Por coincidencia también estaba presente Huáscar Valera, que ahora es nuestro vecino, y comentó lo mucho que habíamos gozado en la chercha del bingo. Pues si, no se asombren, los jueves se juega bingo y vamos no solo las mujeres, sino también algunos de los esposos que van a darse sus traguitos y terminan disfrutando de los chistes, la risa, y el alboroto que hacemos durante el juego.
Realmente no soy ¨a bingo person¨, y hacía más de 30 años que no había participado en uno; la última vez fue cuando estaba iniciando labores de parto para tener a mi hijo Ángel, y decidí unirme al juego para entretenerme en lo que se desarrollaba el proceso, antes de internarme. De hecho no soy aficionada a los juegos de mesa, con excepción del Scrabble, que por ser juego de palabras, es uno que me gusta jugar cuando estoy de vacaciones en Jarabacoa.
Aquí en Metro he asistido al bingo varias veces con la principal finalidad, al igual que al juego de angelitos en diciembre, de conocer y socializar con las vecinas, pero nunca pensé que lo iba a disfrutar tanto.
Este último jueves me había olvidado de que era noche de bingo, cuando caminando por el sector para hacer ejercicio, me encontré con Patricia cortando flores frente a su casa y me lo recordó, pues ella era la anfitriona a quien le tocaba esa noche. La costumbre es que se turne cada jueves en una casa diferente y el brindis corre por cuenta de la dueña de la casa. De cada ronda se saca una parte del dinero para la alcancía de la leche de los niños de Los Conucos.
Jugar bingo en Metro es una buena manera para conocer no solo el nombre de las personas, también su carácter, sus historias, sobre todo a mi que me gusta contar cuentos, y al final todo termina con muchas risas, con las alusiones que al cantar un número se hace a la edad de alguna, o que si el 66 se parece a las tetas de otra, los nombres jocosos que se le dan a los números, que si vas muy rápido y tengo muchos cartones, que si la que viene por vez primera está ganándole el dinero a todo el mundo y se le amenaza con tirarla a la piscina o no dejarla participar de nuevo. Y entre copas de vino vienen y cervezas van, el ánimo va cambiando, y aunque pierdas unos cuantos pesos, no siempre la que gana es la que goza, como ocurre en otras situaciones de la vida.
Marilú ha amenazado con abandonar la tarea de ser tesorera si no nos portamos bien, Esperanza está indignada porque entiende que hay demasiado relajo, Patricia le advierte a Manolín que cuide sus cartones y se deje de estar chequeando otros bolos, Betania mortificada porque su perra había parido cinco perritos y debe irse, a Mercedes la deprime no ganarse ni un ¨bandiao¨ o algún ¨cuadrito¨, las Indiras son las que más gozan, Sofía juega tranquila, Jackie no habla mucho porque tiene que concentrarse, y al final cuando se juega al cartón lleno, el ambiente se llena de tensión expectante, y termina Arlette llevándose todos los cuartos. El jueves me toca a mí, así que están todas invitadas.
La amenaza sigue en pie, si no se portan bien me retiro de la tesoreria.
ResponderEliminarPenelope me encanto lo que publicaste, y tienes tanta razon, a la pregunta de no te aburres en Metro? Estoy segura que todas las que tenemos la fortuna y dicha de vivir aqui contestaremos NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Me encantó este articulo. La Felicito!
ResponderEliminarPenelope,en horabuena has llegado con este blog.estoy totalmente de acuerdo contigo sobre este bingo,donde lo mas importante es conocernos unas a otras,intercambiar ideas,sueños,compartir!!!!que mucha falta que hace en estos tiempo.yo en lo personal anhelo que lleguen los jueves,hasta mas decirte que si me invitan a otra actividades la rechazo,pues con ustedes me siento super bien,y sobre todo que no hay que tener pose para nada,ser lo mas natural que se pueda.
ResponderEliminarasi que mil felicitaciones,nos vemos en tu terraza!!!!
cariños,Yndira Bernard
Unas tetas que se parecen al 66? Santísimo, qué risa.
ResponderEliminarEl jueves próximo a casa de Betania, a propósito se murieron los perritos, sorry about that...
ResponderEliminarHola PP me ha encantado tu blog, si quieres puedes visitarme a http://arteppt.blogspot.com
ResponderEliminarjajaj me gusto eso del 66 y las tetas jajaja yo me imagino cuanto se goza en ese bingo.
ResponderEliminarDejame contarte que esa pregunta me la hacian por lo menos 3 veces por semana, ...y no te aburres en Metro???? jeje quizas porque el estilo de vida que tenia en la capi era muy variado, trabajando como ejecutiva corporativa del Metro faja en la calle tocando puertas para el Embassy, y con un grupo de amigas que siempre tenian planes para los fines de semana; pero la verdad que es dificil aburrirse viviendo en Juan Dolio cuando hay tantas cosas que puedes hacer, golf, tenis, el mismo bingo,la casa club, los restaurantes, las fiestas con las vecinas jeje salir a caminar o correr, la playa privada que es una delicia, la ciudad a 30 minutos, el Jumbo a 15 minutos jeje... en fin cuanto puede valer esa tranquilidad? como dice Mastercard NO TIENE PRECIO!!!
Les informo a todas que el bingo tuvo que ser cambiado para la casa de cristina al lado de betania,y sera para el proximo viernes 3 de abril.nos vemos alla.
ResponderEliminarRecent News para las amigas del Bingo: El próximo jueves por ser Semana Santa o habrá Bingo. No se ha definido el lugar para después de Semana Santa, pero nuestro flamante Relacionador Público El Peje, me encarga decirles que podría hacerse en la Casa Club, si se animan, tendríamos una copa de vino o refresco y picadera ligera, cortesía de la Casa Club! Yndira, Mariluz, Patricia, Esperanza (con sus americaines) hagan sus contactos y nos comunicamos por este mismo Batiblog!
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