CELEBRANDO LOS CUMPLEAÑOS DE FEBRERO

Siempre hay un motivo para reunirse con las amigas, pero los cumpleaños son fechas muy especiales. Y son especiales porque, no importa cuántos años cumplas, es el día donde todas las personas que te quieren se esmeran en escoger un regalo de algo que saben que vas a disfrutar mucho, abundan los besos y los abrazos y todos esas bendiciones y deseos de felicidad forman un halo brillante a tu alrededor, como si tuvieras una banda en tu pecho que dice que eres la Cumpleañera del Día.
En nuestro grupo de amigas la celebración es doble porque son dos las que cumplen en febrero y qué mejor lugar para celebrar que aquí Juandoliando.
Las complicaciones de la vida diaria hacen difícil a veces que la gente se desconecte para trasladarse fuera de la ciudad, pero una vez tomada la decisión, vinieron en grupo cargadas de regalos, un sabroso biscocho con las consabidas dos velitas, bebidas refrescantes y el vinito de rigor para brindar por las cumpleañeras.
En esta casa, por ser la villa de El Peje, lo natural era que compartiéramos un chillo recién pescado que se encargó de marinar desde el día antes el anfitrión, acompañado por una fresca ensalada con verduras de mi huerto.
Luego de ponernos al día con las novedades de cada una y disfrutar del ambiente de la terraza, los aperitivos y una rica picadera, nos sentamos a la mesa y aunque el señor pescado lucía bastante grande, se le hicieron los honores y fue poco lo que quedó.
Más tarde apagamos todas juntas las velitas para degustar el sabroso postre y finalmente el café.
Todavía quedó tiempo para conversar otro rato, hacer planes de viaje en grupo a ver si este 2010 lo logramos, hasta que no sin cierta reticencia, tanto de las visitas como de los que aquí quedamos, llega la hora de las despedidas, y de nuevo los abrazos mientras expresamos nuestros deseos de que muy pronto nos reunamos de nuevo, aunque haya que inventarse cualquier excusa.