domingo, 19 de abril de 2009

¡SOS - SE MUERE LA TIERRA!


Con motivo del Día Mundial de la Tierra, quiero compartir con todos ustedes, lectores de Juandoliando, la esperanza de que poquito a poquito, seamos como lloviznita, que no moja, pero empapa.
El tema del cuidado del medio ambiente me inquieta, me conmueve, me entusiasma, y formar parte activa del mismo, es uno de mis sueños más preciados. Lo llevo conmigo desde mi más tierna infancia, cuando mi papá viajó a Argentina, a principios de los ´50 y vino con el quililín de la destrucción de las selvas del Amazonas y el deshielo de los glaciares.
Pero, así era mi papá. Se imaginan viviendo en Bonao, bajo el régimen de Trujillo y el cacicazgo de Petán y él preocupado por el Brasil, el polo sur y la educación espartana. De dónde si no creen que sacó mi nombre Penélope, por no decir los de mis hermanos Plutarco, Pisístrato, Telémaco y Clístenes, para solo mencionar algunos.
De hecho, eché mis primeros dientes leyendo los clásicos griegos, y mis primeras canas, leyendo a los economistas y demás yerbas y sobacos ilustrados, cuando trabajaba en el Banco Central, que en un párrafo de 30 palabras te tiraban 28 raras y tú te quedabas ¿qué qué?, ¿qué fue lo que dijo el tíguere? Y mira que yo me sé muchas palabras, al punto de que mis amigas, cuando les decía un verso, me amenazaban con tirarme para atrás un salmo.
Pero, retomando el tema, he visto en lo que va del año iniciativas de diferente índole, chiquitas y grandes, personales y corporativas, que me hacen albergar la esperanza de que podemos lograrlo.
Por ejemplo, RUS "Residuos Urbanos Sólidos" es un proyecto de arte público multiforme, centrado en el trabajo con los residuos de diferentes países, sean éstos sólidos, domésticos, industriales o inmateriales pero, sobre todo, urbanos. (Se fijan que conozco muchas palabritas!).En Santo Domingo, Basurama junto a Picnic Santo Domingo, realizó a principios de marzo un Tsunami de Basura que consistió en la instalación de una ola gigante en el Malecón de Santo Domingo. Esta "ola" estuvo situada en las intersecciones de las Avenidas Máximo Gómez y George Washington. Más adelante se realizó una exposición en el Centro Cultural de España.
En el mismo mes, el personal de Metro Country Club y sus directivos, participaron de una nueva jornada organizada por la “Coalición Multisectorial Para la Conservación de la Cuenca del Río Higüamo¨, actividad que viene realizándose desde hace ya algún tiempo, organizada como un operativo de limpieza de la cuenca del río. Las empresas que formaron parte del operativo fueron la Universidad Central del Este (UCE), BEICA, Brugal & Co, CAEI, CEMEX Dominicana, César Iglesias, CESPM, EGE Haina, entre otras. También contó con el apoyo de la Cruz Roja Dominicana, la marina de guerra, la Defensa civil y el cuerpo de Bomberos.
Ya antes, al principio de ese mes, la Secretaría de Turismo junto con el Ayuntamiento de Guayacanes y Juan Dolio, realizaron el operativo Playa Limpia para Ti, y de verdad que se nota la diferencia.
Veo día a día, en Facebook, por ejemplo, pequeñas iniciativas personales que todos debemos apoyar, como La Invasión de las Sillas Plásticas, de Luis Molina y Picnic Santo Domingo, y Yo no tiro Basura en el Suelo, de Víctor Mateo Cabral. Como dije al principio, ahora con otras palabras, un granito de arena o una gota de agua son poca cosa, pero cuando son multitud forman las playas inmensas y los océanos inmensurables.
Nosotros, por ejemplo, en Metro le hemos declarado la Guerra a la Basura para mantener nuestro entorno armonioso y preservar nuestra calidad de vida. Son iniciativas simples, pequeñas y sencillas, pero cuando cierras una llave, apagas un bombillo, caminas pequeñas distancias, en lugar de usar tu vehículo, reciclas, cuidas tus artículos personales, diciéndole No al consumismo, estás construyendo el legado de tus hijos y tus nietos, a quienes no les parecerá tan extraña la idea de que un comerciante de Bonao se preocupara del exterminio de las selvas del Brasil y del deshielo de los glaciares.

lunes, 13 de abril de 2009

VENDRAN PARA LAS PASCUAS....






Y regresarán cansados, pero felices, bronceados, quizás resacados o endeudados, y otra vez los niños para el colegio y los adultos a la lucha diaria del trabajo. Con pena vemos que algunos no regresarán a sus casas; otros, como nosotros en Metro, no regresamos a la ciudad, porque aunque trabajamos, esto es lo que más se parece a vivir de vacaciones.
Mirando las fotos del río de carros del retorno a la ciudad me puse a pensar: Porqué será que las mejores vacaciones, por lo menos a nivel colectivo aquí en Dominicana, son precisamente las de Semana Santa y las Navidades?
No se en otros países, aunque he estado en par de ocasiones en América del Sur y del Norte para ambas épocas, sólo de manera temporal, es decir que no tengo suficientes elementos de juicio, pero mi percepción es que aunque celebran, el bonche de nosotros los dominicanos es tan único, singular y excepcional como las habichuelas con dulce y el bacalao o el cerdo asado, las uvas y las manzanas, que forman parte de un mundo de tradiciones que solo nosotros tenemos.
Personalmente creo que la razón por la que ambas fiestas son tan especiales, a nivel universal, es porque Cristo a quien conmemoramos en ambas Pascuas, de Navidad y de Resurrección, es aún para los no creyentes, el único que ha podido dejar estas huellas perennes.
Hago esta reflexión, a manera de introducción, para pasar a contarles lo que he visto Juandoliando en esta Semana Santa.
El martes realizamos un Viacrucis en Metro, con muy buena asistencia de niños, jóvenes y adultos. Es la primera vez que se hace un Viacrucis en la historia de Metro, nuestra comunidad está activa y creciendo. En las diversas parroquias e iglesias cercanas, se realizó el Triduo Pascual, culminando con la Vigilia del sábado y la misa de Resurrección; la nuestra en Metro fue hermosa, alegre y concurrida. También participé en algunas actividades religiosas en casas de amigos y vecinos, compartí con mucha gente y aquí se usa mucho el visiteo. Metro tuvo también su mini-campamento para los niños y mucho golf.
Estuve el miércoles en el Club Hemingway, proyecto privado y super exclusivo, muestra evidente de lo que el cuidado y mantenimiento pueden hacer, pues aunque se trata de edificaciones que tienen ya sus añitos, (bueno apliquémonos esto y a cuidarnos también nosotros) aquello está nítido: la jardinería preciosa, la playa sin una basurita, no encuentras ni una sola nota discordante, en fin algo que de verdad es fuera de serie.
Compartí varias veces con amigos que tienen apartamentos en el proyecto Las Brisas de Guavaberry, también muy lindo y bien cuidado, y con ese ambiente especial que sientes al ver niños montando en sus bicis o patinetas, jugando, riendo y corriendo; y grupos de padres cuidando de todos como si fueran hijos comunes, gente afable, amistosa y accesible, pues allí nadie necesita estar ¨moca¨.
En el Club de Playa de Guavaberry, jóvenes jugando volleyball, niños haciendo castillos de arena, otros se bañaban en el mar y la piscina, sol y mucha sombra para los que no nos queremos achicharrar.
En Costa del Sol mucha gente tratando de librarse de los efectos del astro, con paraguas de colores. Hubo música de más de una orquesta en la playa pública para el disfrute del pueblo. Los restaurantes como el Mesón, Mandalay, El Sueño y El Concón, con movimiento de clientes, aunque parece que mucha gente prefirió comer en sus casas y apartamentos de la zona.
Me dicen que el show de Chavón del sábado defraudó a muchos, apenas cuatro cancioncitas, y un besuqueo del galán cantante con no se quién. De todas maneras, cuando le pregunté a una amiga cómo le había ido, me contó que gozó un montón, es decir que todo es cuestión de estar en buena compañía y ella lo estaba.
Al final como dice aquel viejo estribillo - ¿A dónde vas? A LA PLAYA!!!-; y luego - ¿De dónde vienes? De la Playa, jaja.

sábado, 4 de abril de 2009

COMUNIDAD CATOLICA DE METRO


En Metro no sólo se juega golf, tennis o bingo, también existen oportunidades de crecer espiritualmente. Los domingos a las 12:30 p.m. se celebra misa en el segundo piso de la Casa Club.
En casa de Isita, persona muy querida y conocida por todos, los martes en la noche nos reunimos con Paul, diácono y profesor de los seminaristas de San Pedro de Macorís, que es un muchacho jovial y al mismo tiempo con tan buena formación religiosa, que el par de horas que dura la reunión pasa rápido, como sucede siempre con las cosas que nos gustan.
A la reunión asistimos mayormente mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, algunos hombres como Ariel y a partir de este año se unió al grupo mi esposo, lo cual le ha encantado por supuesto a Paul y Ariel, pues juntos forman un trío que balancea el lado femenino de nuestras reuniones.
Convencí a mi esposo para que asistiera con el argumento de que ahí no había rezadera, sino que bajo la dirección de Paul, generalmente se trataban temas, de manera didáctica e interactiva, que nos permiten entender mejor los ritos y creencias de nuestra religión. Por coincidencia la primera noche que mi esposo asistió, víspera del día de La Altagracia, Paul se excusó porque tenía otro compromiso y se decidió rezar el rosario en honor a la Virgen. Ya ustedes se imaginan lo que yo sentía pensando en lo que me iba a decir; pues fíjense, la Virgen hizo el milagro, y a partir de entonces es él quien tiene pendiente que no se nos pasen los días de comunidad.
Las reuniones en tiempo de Adviento fueron particularmente hermosas, tuvimos nuestra corona con las 4 velas, una para cada semana del mes de diciembre: Verde para la esperanza en la primera semana, morada en la segunda para la preparación y purificación, antes del nacimiento del Niño Jesús, rosada en la tercera semana para simbolizar la alegre expectativa de que ya estaba próxima la celebración y finalmente blanca para recibir la alegría del nacimiento de Enmanuel, Dios con nosotros.
Otra noche, tuvimos la grata sorpresa, como acostumbra Paul a sorprendernos, de la celebración de la Palabra, pues como es sabido, aunque los diáconos no pueden consagrar la Eucaristía, si pueden oficiar las demás partes de la misa, y dar la comunión. Paul, con su jovialidad y desparpajo habitual, estaba introduciendo la reunión, cuando se para de repente y nos dice:
- Ahora me voy a poner mi disfraz de Batman
Y aparece con toda la indumentaria de rigor, y ya no es Paul, el que relaja y hace coro, sino el representante de Cristo entre nosotros, con toda la solemnidad que amerita la ocasión.
Para la cuaresma hemos estado estudiando el significado de este tiempo tan especial para la iglesia, la iniciamos con un estudio del significado de la oración, hemos llenado nuestro cirio pascual simbólico ofreciendo cada día al Señor un pequeño sacrificio, de aquello que más nos cuesta porque, al igual que pasa con el ejercicio físico, son estas privaciones o sacrificios los que moldean nuestro ser espiritual. Otro día leímos en grupo el mensaje del Papa Benedicto XVI para la cuaresma y cuando le tocó el turno de lectura a mi esposo, me quedé petrificada cuando lo oí decir:
- Oigan, a mi este Papa me caía más mal que el carajo, pero al leer esto he cambiado de opinión.
La reacción de casi todos, aunque ustedes no lo crean, fue decir que a ellos el Papa también le producía en principio esa impresión, pero como nos dijo Paul, esa es la obra del Espíritu Santo en todos nosotros, aún el Papa ha ido cambiando bajo su influjo, pasando de teólogo y burócrata, a asemejarse a la dulzura y santidad a que nos acostumbró Juan Pablo II.
En esta Semana Santa los invito a todos a sacar un espacio de su tiempo para asistir a las celebraciones especiales que se realizan estos días, el lavatorio de los pies y conmemoración de la institución de la Eucaristía del jueves, el silencio y la veneración de la cruz del viernes; espero y quiero tener la oportunidad de asistir a la Vigilia Pascual del sábado y finalmente la celebración gloriosa de la resurrección, recordando que es la más importante de nuestra iglesia, la base de nuestra fe, pues no creemos en un Dios muerto sino en Cristo vivo en cada uno de nosotros. Feliz Pascua de Resurrección para todos!




jueves, 2 de abril de 2009

VIVENCIAS DE UNA MUDANZA


Mudarse a una vivienda diferente, recién construida o no, implica un sinnúmero de tareas y readaptaciones, que en algunos casos constituye todo un reto, no solo por la atención que requiere dar seguimiento a los trabajos y servicios que demanda este cambio , sino también porque en épocas de crisis debemos ingeniarnos para reciclar y adecuar los muebles y utensilios que poseemos y hemos acumulado durante largos años de vida matrimonial y hogareña; objetos que parecen contarnos mil historias de recuerdos, de aquel dinero extra que con tanto esfuerzo nos ganamos, o de las ocasiones en que los recibimos como regalo o herencia de familiares o amigos.

Aunque imagino lo excitante que debe resultar disponer de la capacidad económica para escoger en las mejores tiendas los mobiliarios y complementos de decoración que desearíamos para una nueva vivienda - mejor aún si acompañados por el apoyo de un decorador profesional - no cabe duda de que reinventar lo que poseemos constituye una verdadera gimnasia cerebral, que saca de nuestro interior esa creatividad que en mayor o menor grado todos poseemos.

Fue así como un juego de comedor, originalmente pintado con óleo verde, que después durante un tiempo pasó a lucir el color caoba, ha sido transformado y pintado de blanco con una técnica novedosa y moderna que provoca hoy día la admiración y asombro de quienes nos visitan.

Combinar lo nuevo con lo viejo, lo antiguo con lo moderno, lo útil y necesario con lo simplemente decorativo, y usar nuestras dotes y talentos, así como la experiencia acumulada de muchos años conociendo lo que más agrada a nuestra familia y amigos, requiere dedicación y empeño, si queremos que el resultado sea un todo armonioso que haga de nuestro hogar ese lugar acogedor y hospitalario donde nuestras visitas quieren disfrutar y permanecer por muchas horas.

Recibir la visita de la familia y los amigos, especialmente de nuestros hijos y nietos, verlos jugar y compartir adultos y chicos, el baño en la piscina, la sombra de ¨nuestro¨ árbol, mecerse en la hamaca, hacer figuras en la arena, comer el postre o beber café por las tardes en el pergolado, gritar alborotados por la pequeña rana que habían atrapado y logra escaparse, perseguir mariposas o tirar una pelota, son goces que forman parte de este nuevo estilo de vida.

Y luego, cuando sentimos, con el paso de los días, que cada espacio se va acomodando y lo nuevo se torna en familiar, porque ha ido recibiendo nuestro toque personal y la impresión de nuestras huellas, despertamos una mañana y sabemos que estamos en casa. Al final de las tardes de domingo, aunque sintamos la nostalgia del nido vacío cuando vemos que nuestros visitantes se marchan, sabemos que necesitamos también reencontrarnos con nosotros mismos, y solos con nuestra pareja, disfrutar la quietud y el silencio de este lugar tan maravilloso que hemos construido y llenar nuestro espíritu de la alegre expectativa que nos produce saber que pronto disfrutaremos de la algarabía y emoción de verlos de nuevo.