En Metro no sólo se juega golf, tennis o bingo, también existen oportunidades de crecer espiritualmente. Los domingos a las 12:30 p.m. se celebra misa en el segundo piso de la Casa Club.
En casa de Isita, persona muy querida y conocida por todos, los martes en la noche nos reunimos con Paul, diácono y profesor de los seminaristas de San Pedro de Macorís, que es un muchacho jovial y al mismo tiempo con tan buena formación religiosa, que el par de horas que dura la reunión pasa rápido, como sucede siempre con las cosas que nos gustan.
A la reunión asistimos mayormente mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, algunos hombres como Ariel y a partir de este año se unió al grupo mi esposo, lo cual le ha encantado por supuesto a Paul y Ariel, pues juntos forman un trío que balancea el lado femenino de nuestras reuniones.
Convencí a mi esposo para que asistiera con el argumento de que ahí no había rezadera, sino que bajo la dirección de Paul, generalmente se trataban temas, de manera didáctica e interactiva, que nos permiten entender mejor los ritos y creencias de nuestra religión. Por coincidencia la primera noche que mi esposo asistió, víspera del día de La Altagracia, Paul se excusó porque tenía otro compromiso y se decidió rezar el rosario en honor a la Virgen. Ya ustedes se imaginan lo que yo sentía pensando en lo que me iba a decir; pues fíjense, la Virgen hizo el milagro, y a partir de entonces es él quien tiene pendiente que no se nos pasen los días de comunidad.
Las reuniones en tiempo de Adviento fueron particularmente hermosas, tuvimos nuestra corona con las 4 velas, una para cada semana del mes de diciembre: Verde para la esperanza en la primera semana, morada en la segunda para la preparación y purificación, antes del nacimiento del Niño Jesús, rosada en la tercera semana para simbolizar la alegre expectativa de que ya estaba próxima la celebración y finalmente blanca para recibir la alegría del nacimiento de Enmanuel, Dios con nosotros.
Otra noche, tuvimos la grata sorpresa, como acostumbra Paul a sorprendernos, de la celebración de la Palabra, pues como es sabido, aunque los diáconos no pueden consagrar la Eucaristía, si pueden oficiar las demás partes de la misa, y dar la comunión. Paul, con su jovialidad y desparpajo habitual, estaba introduciendo la reunión, cuando se para de repente y nos dice:
- Ahora me voy a poner mi disfraz de Batman
Y aparece con toda la indumentaria de rigor, y ya no es Paul, el que relaja y hace coro, sino el representante de Cristo entre nosotros, con toda la solemnidad que amerita la ocasión.
Para la cuaresma hemos estado estudiando el significado de este tiempo tan especial para la iglesia, la iniciamos con un estudio del significado de la oración, hemos llenado nuestro cirio pascual simbólico ofreciendo cada día al Señor un pequeño sacrificio, de aquello que más nos cuesta porque, al igual que pasa con el ejercicio físico, son estas privaciones o sacrificios los que moldean nuestro ser espiritual. Otro día leímos en grupo el mensaje del Papa Benedicto XVI para la cuaresma y cuando le tocó el turno de lectura a mi esposo, me quedé petrificada cuando lo oí decir:
- Oigan, a mi este Papa me caía más mal que el carajo, pero al leer esto he cambiado de opinión.
La reacción de casi todos, aunque ustedes no lo crean, fue decir que a ellos el Papa también le producía en principio esa impresión, pero como nos dijo Paul, esa es la obra del Espíritu Santo en todos nosotros, aún el Papa ha ido cambiando bajo su influjo, pasando de teólogo y burócrata, a asemejarse a la dulzura y santidad a que nos acostumbró Juan Pablo II.
En esta Semana Santa los invito a todos a sacar un espacio de su tiempo para asistir a las celebraciones especiales que se realizan estos días, el lavatorio de los pies y conmemoración de la institución de la Eucaristía del jueves, el silencio y la veneración de la cruz del viernes; espero y quiero tener la oportunidad de asistir a la Vigilia Pascual del sábado y finalmente la celebración gloriosa de la resurrección, recordando que es la más importante de nuestra iglesia, la base de nuestra fe, pues no creemos en un Dios muerto sino en Cristo vivo en cada uno de nosotros. Feliz Pascua de Resurrección para todos!
En casa de Isita, persona muy querida y conocida por todos, los martes en la noche nos reunimos con Paul, diácono y profesor de los seminaristas de San Pedro de Macorís, que es un muchacho jovial y al mismo tiempo con tan buena formación religiosa, que el par de horas que dura la reunión pasa rápido, como sucede siempre con las cosas que nos gustan.
A la reunión asistimos mayormente mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, algunos hombres como Ariel y a partir de este año se unió al grupo mi esposo, lo cual le ha encantado por supuesto a Paul y Ariel, pues juntos forman un trío que balancea el lado femenino de nuestras reuniones.
Convencí a mi esposo para que asistiera con el argumento de que ahí no había rezadera, sino que bajo la dirección de Paul, generalmente se trataban temas, de manera didáctica e interactiva, que nos permiten entender mejor los ritos y creencias de nuestra religión. Por coincidencia la primera noche que mi esposo asistió, víspera del día de La Altagracia, Paul se excusó porque tenía otro compromiso y se decidió rezar el rosario en honor a la Virgen. Ya ustedes se imaginan lo que yo sentía pensando en lo que me iba a decir; pues fíjense, la Virgen hizo el milagro, y a partir de entonces es él quien tiene pendiente que no se nos pasen los días de comunidad.
Las reuniones en tiempo de Adviento fueron particularmente hermosas, tuvimos nuestra corona con las 4 velas, una para cada semana del mes de diciembre: Verde para la esperanza en la primera semana, morada en la segunda para la preparación y purificación, antes del nacimiento del Niño Jesús, rosada en la tercera semana para simbolizar la alegre expectativa de que ya estaba próxima la celebración y finalmente blanca para recibir la alegría del nacimiento de Enmanuel, Dios con nosotros.
Otra noche, tuvimos la grata sorpresa, como acostumbra Paul a sorprendernos, de la celebración de la Palabra, pues como es sabido, aunque los diáconos no pueden consagrar la Eucaristía, si pueden oficiar las demás partes de la misa, y dar la comunión. Paul, con su jovialidad y desparpajo habitual, estaba introduciendo la reunión, cuando se para de repente y nos dice:
- Ahora me voy a poner mi disfraz de Batman
Y aparece con toda la indumentaria de rigor, y ya no es Paul, el que relaja y hace coro, sino el representante de Cristo entre nosotros, con toda la solemnidad que amerita la ocasión.
Para la cuaresma hemos estado estudiando el significado de este tiempo tan especial para la iglesia, la iniciamos con un estudio del significado de la oración, hemos llenado nuestro cirio pascual simbólico ofreciendo cada día al Señor un pequeño sacrificio, de aquello que más nos cuesta porque, al igual que pasa con el ejercicio físico, son estas privaciones o sacrificios los que moldean nuestro ser espiritual. Otro día leímos en grupo el mensaje del Papa Benedicto XVI para la cuaresma y cuando le tocó el turno de lectura a mi esposo, me quedé petrificada cuando lo oí decir:
- Oigan, a mi este Papa me caía más mal que el carajo, pero al leer esto he cambiado de opinión.
La reacción de casi todos, aunque ustedes no lo crean, fue decir que a ellos el Papa también le producía en principio esa impresión, pero como nos dijo Paul, esa es la obra del Espíritu Santo en todos nosotros, aún el Papa ha ido cambiando bajo su influjo, pasando de teólogo y burócrata, a asemejarse a la dulzura y santidad a que nos acostumbró Juan Pablo II.
En esta Semana Santa los invito a todos a sacar un espacio de su tiempo para asistir a las celebraciones especiales que se realizan estos días, el lavatorio de los pies y conmemoración de la institución de la Eucaristía del jueves, el silencio y la veneración de la cruz del viernes; espero y quiero tener la oportunidad de asistir a la Vigilia Pascual del sábado y finalmente la celebración gloriosa de la resurrección, recordando que es la más importante de nuestra iglesia, la base de nuestra fe, pues no creemos en un Dios muerto sino en Cristo vivo en cada uno de nosotros. Feliz Pascua de Resurrección para todos!
Muy interesante, espero que su comunidad continue creciendo en Dios :), Feliz Pascua de Resurreción.
ResponderEliminarRossina Rivas
Penélope, me ha gustado mucho esto, estoy muerto de risa, por lo jocoso, pero también por los efectos de Dios en nosotros que reflejas en lo que cuentas y comentas; gracias Señor! Te sigo animando Penélope a continuar comunicando estas vivencias. Que Dios te siga premiando en bendiciones. Atte, Batman, pero sin máscara. PaulRV.
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